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La maldición de ser eficiente: ¿Por qué estamos quemando a nuestro mejor talento?

Tienes a ese empleado. El que siempre dice “sí”, el que saca el trabajo a tiempo (y perfecto), el que no se queja y siempre tiene una actitud proactiva. Es tu “estrella”. Tiene la maldición de ser eficiente.

Y, sin saberlo, podrías estar a punto de perderlo.

Hay una paradoja dolorosa en el mundo laboral que todos conocemos, pero de la que pocos hablan: los empleados más eficientes y comprometidos son, con demasiada frecuencia, los más castigados por el sistema.

Terminan siendo los más desfavorecidos, los más agotados y, tristemente, los primeros en buscar la puerta de salida. Este no es un problema de rendimiento; es un problema de justicia.

La Maldición de ser eficiente: Cuando ser “el bueno” te pasa factura

El tema no es nuevo, pero recientemente el especialista en recursos humanos Rafael Alonso lo resumió perfectamente en su cuenta de TikTok, generando miles de reacciones.

¿Su punto? Es simple y dolorosamente cierto.

El problema es que al “crack” de la oficina, al que resuelve, propone y nunca falla, se le paga lo mismo que al que “hace como que trabaja”, pero se le exige el triple.

Esta persona ve cómo su carga de trabajo se multiplica, mientras su salario y reconocimiento se mantienen estáticos, igual que el del compañero que pasa el día evitando responsabilidades. Lo que Alonso describe es la ruta directa al burnout. Porque seamos honestos: la gente no se cansa de trabajar; se cansa de la injusticia. Esta es la cara más cruda de la maldición de ser eficiente.

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maldición de ser eficiente

La psicología del gerente: “Mejor dáselo a… (el de siempre)”

¿Y por qué caemos en esta trampa? Como líderes, lo hacemos por una razón muy humana: miedo.

Cuando un gerente tiene un proyecto urgente, crucial o complicado, la presión es alta. Su mente no piensa en “desarrollo de talento” o “equidad de carga”. Piensa: “¿A quién le doy esto para asegurarme de que salga bien y rápido?”

La respuesta es obvia: a la persona fiable. “Mejor no se lo doy a X, no vaya a ser que la líe…”.

Lo que parece una decisión lógica en el momento (“confío en mi mejor gente”) es, en realidad, un castigo a la competencia. Sin darnos cuenta, cargamos la mano a los que pueden, una y otra vez, hasta que ya no pueden más. Así se alimenta la maldición de ser eficiente.

Mientras tanto, el empleado menos eficiente “aprende” algo peligroso: si hace lo mínimo, si no levanta la mano, nadie lo molestará y su cheque llegará igual. Creamos un sistema que, en la práctica, recompensa la mediocridad y explota la excelencia.

Para romper la maldición de ser eficiente, la solución no es “aprender a decir que no”

El consejo habitual para el empleado sobrecargado es: “Pon límites”, “Aprende a decir que no”.

Francamente, esto es injusto. Le estamos pidiendo a la víctima del desequilibrio que, además de hacer su trabajo (y el de otros), ahora también asuma la carga emocional de tener una conversación incómoda con su jefe. No se puede solucionar la maldición de ser eficiente cargando aún más al empleado.

La verdadera solución no está en el empleado; está en la gestión y en la cultura de la empresa. La pregunta que los líderes y RRHH deben hacerse es:

  1. ¿Estamos viendo realmente quién hace qué? (Visibilidad)
  2. ¿Estamos compensando ese esfuerzo extra… o simplemente lo estamos dando por sentado? (Equidad)
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Si la respuesta a cualquiera de esas preguntas es “no” o “no estoy seguro”, tenemos un problema.

Aquí es donde la subjetividad y el “ojímetro” del gerente nos fallan. ¿Cómo puedes, como líder de RRHH, defender un aumento o una promoción para tu empleado estrella si no puedes probar que está haciendo el trabajo de dos personas? ¿Cómo puedes redistribuir la carga si no sabes objetivamente quién está sobrecargado y quién tiene tiempo de sobra?

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Dejar de adivinar, empieza a medir (con justicia) y libérate de la maldición de ser eficiente

El problema de la “percepción” se resuelve con “datos”.

En Soluciones Eurosoft, no vemos nuestros sistemas de Tiempo y Asistencia como un simple “checador” para castigar al que llega tarde. Los vemos como la herramienta de justicia laboral que tu empresa necesita para romper con la maldición de ser eficiente.

Nuestra tecnología no está diseñada para vigilar, sino para visibilizar. Te permite:

  • Ver la historia completa: No solo quién trabajó, sino cuánto tiempo se está dedicando a proyectos clave y dónde se están creando los cuellos de botella.
  • Detectar el riesgo de burnout: Identificar patrones de horas extra excesivas en una sola persona antes de que te entregue su carta de renuncia.
  • Tomar decisiones justas: Tener la data para sentarte con tus gerentes y decir: “Oigan, el equipo de Ana está registrando un 20% más de horas que el resto. O la compensamos por ese esfuerzo extra, o redistribuimos la carga ahora“.
  • Fomentar la equidad: Asegurar que la nómina y las responsabilidades se correspondan con el trabajo real, no con la percepción de quién “parece” más ocupado.
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Invitación a la reflexión

Dejar que tu mejor talento se queme por ser eficiente no es una estrategia de liderazgo; es una sentencia de fracaso. Proteger a tus empleados estrella no solo es lo correcto, es lo más inteligente que puedes hacer por tu negocio.

Y tú, ¿has sentido esta maldición de ser eficiente en tu carrera? Como líder, ¿qué medidas reales estás tomando para que la competencia sea una bendición, y no un castigo, en tu equipo?

Nos encantaría leer tus reflexiones y estrategias en los comentarios.

Si estás listo para pasar de las suposiciones a los datos y construir un piso parejo para todos, hablemos. En Soluciones Eurosoft tenemos las herramientas para ayudarte a convertir la gestión de talento en una gestión justa y combatir la maldición de ser eficiente. Visita nuestro formulario de contacto y descubre cómo.

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